La cultura de una organización se divide en cinco variables: direccionamiento, liderazgo, servicios, entorno social y sector de la organización.
Direccionamiento:
Es la manera como se comunica la estrategia. Para esto es necesario definir hacia dónde va enfocado el mensaje y por qué medios se va a comunicar.
Cultura del liderazgo:
Influir en un grupo para que alcance sus metas. Los líderes efectivos no utilizan un solo estilo, es necesario ajustarlo a la situación en la que se encuentran. La cultura juega un papel importante a la hora de determinar cuál es el más efectivo ya que ésta influye en la forma como los empleados reaccionarán.
Cultura del servicio:
Se define por crear una cultura sensible al cliente. Aunque esto es importante hay diferentes factores que el líder de la organización debe tener en cuenta: contratar personas con personalidades agradables, atentas, entusiastas con buenas habilidades para escuchar y reducir la incertidumbre por medio de capacitaciones sobre el conocimiento de los productos.
Entorno social:
Conforme cambian los valores, costumbres y gustos de la sociedad en la que se encuentre la organización, las prácticas también deben modificarse.
Sector de la organización:
Define las características del sector laboral en el que va entrar a competir la organización, ya sea en el sector público, de la salud, etc.